VÍA SURFING – CAP 30: De Hossegor a Perú

Por Pamela Álvarez Calderón B.

¿Les ha pasado que cuando están fuera del Perú, se vuelven casi casi embajadores? Uno, estando lejos, valora mucho más todo lo que el Perú nos ofrece. Te aflora un orgullo que ni siquiera eras consciente que sentías por tu país. Es como una situación perfecta. Te olvidas de todo lo malo y solo te acuerdas de las cosas lindas, los lugares asombrosos, esos paisajes que enamoran y esas experiencias únicas que solo tu país te puede dar. ¿Les ha pasado? A mí me pasa todo el tiempo. Y más, si en el lugar en donde estoy, encuentro un libro empastado, ancho, lleno de información y fotos hermosas con el título de “Perú”. 

<<< R E W I N D <<< Hossegor, octubre 2016

Cuando estuvimos en Hossegor – Francia, nos quedamos en el Airbnb de Cha Cha, que quedaba a media cuadra de la playa. La idea era estar cerca de donde se iba a correr el campeonato y este lugar parecía perfecto. Era como un Guest House con 3 habitaciones aprox. en una casa grande, con jardín. Cuando entrabas tenías la casa principal digamos, y hacia la derecha este otro bloque que funcionada como Guest House. Nos recibieron Cha Cha, que en realidad se llama Jean Charles y su novia Liza. Cha Cha hablaba francés y un poco de inglés, y Liza hablaba francés, inglés y español. Aunque ella pensaba el español lo hablaba mal, en realidad lo hacía súper bien. Así que los conocimos y desde el inicio nos dimos cuenta que eran personas súper chéveres.

A los 2 les gustaba mucho el surfing y corrían tabla. Cuando tienes cosas en común, es fácil conectar rápidamente. Ellos estaban recontra acostumbrados a ir a ver el campeonato a su playa, todos los años. Es loco, porque nosotros habíamos volado muchas horas de un continente a otro, cruzando todo un océano para estar ahí. Ellos solo debían caminar media cuadra y sentarse en la arena para poder verlo.

Era nuestro primer campeonato en vivo y teníamos varias preguntas que ellos nos respondían con la naturalidad de un local, que todos los años le presta su playa a los Pros del Tour Mundial para que se diviertan unos días y compitan. Y así, entre días de campeonato en la playa y encuentros casuales con ellos en su casa, nos fuimos conociendo cada vez más.

Una tarde, vimos encima de la mesa de la cocina un libro que llamó nuestra atención. Era grande y tenía una tapa gruesa con el título de “Perú”. El libro estaba lleno de post its que marcaban diferentes páginas del libro. Tenía un montón de info y fotos increíbles de diferentes lugares de nuestro lindo país. Cuando llegaron Cha Cha y Liza nos contaron que habían estado pensando en viajar a Perú y que querían aprovechar que estábamos ahí para que les contemos algunas cosas y para resolver varias dudas que tenían.

—–P A U S A—– Aguanta ¿¿¿qué???? —–O T R A   P A U S A—– ¿Van a conocer Perú???

En ese momento se abrió casi casi la embajada peruana en el Guest House de Cha Cha jajajaja. Faltó la bandera peruana atrás, nada más. Porque me salió la embajadora que tenía dentro, el agente de viajes que uno tiene guardado por ahí y se me hinchó el pecho de tanto orgullo que sentía de poder contar y decir cosas lindas de nuestro país.

No me la pusieron fácil Cha Cha y Liza jajaja. Habían leído mucho y sabían un montón de todos los lugares que querían conocer, algunos que incluso yo no conocía jajaja. Pero obviamente les dimos tips, les contamos nuestras experiencias y fue un momento muy paja y de conexión. Les enseñamos fotos, les dimos ideas de posibles rutas que podían hacer y estuvimos un rato largo hablando de eso y planeando ese futuro viaje que querían hacer.

Los días pasaron y nuestro viaje llegaba a su fin, así que tuvimos que despedirnos diciendo que nos veíamos pronto en Lima. Igual yo pensaba: ¿Llegarán a ir? Realmente viajarán a Perú?

—–F  O R W A R D —–

Pasaron algunos meses y ¿qué creen? Nuestros amigos franceses nos confirmaban que venían. Sí. Ya tenían fechas programadas y todo listo. ¡Así que venían!

Llegaron a Lima y se quedaron en nuestro depa de Barranco los primeros días. Me acuerdo mucho del momento en que llegaron y les invitamos sus primeras “Cusqueñas”. Después de un viaje largo, que rica una chela heladita local, ¿no? Se pusieron cómodos en el depa y sacaron su libro. Ya no era el grandote que vimos en su casa de Hossegor, era una guía de viaje más pequeña, con toda la info que se puedan imaginar. ¡Buenaza! Les dimos la info que necesitaban, conversamos un rato y los dejamos descansar. Ya era tarde.

Y así es como Cha Cha y Liza hicieron un viajesazo perucho y guerrero, como debe ser. Además de Lima, estuvieron en Huaraz conociendo sus lagunas, en Chachapoyas, donde conocieron Kuelap, en Cusco, donde conocieron Pisac, Ollantaytambo, etc., en Puno donde conocieron en lago Titicaca, y en el norte. Pudieron quedarse en una cabaña que tenemos en Plateritos, Tumbes. Y desde ahí se movieron a Máncora, Organos y todos los lugares cercanos norteños. Estuvieron también en Huanchaco, Chicama. Uffff viajesazo!!!! La pasaron increíble!

Cuando nos volvimos a ver a su regreso en Lima, Liza se reía contándonos sobre cómo los cobradores de las combis en el norte gritaban: “Talara, Piura, Talara” jajaja. Y los imitaba y nos reíamos. Para nosotros es normal ese ruido callejero peruano y que nos griten las rutas del transporte público. Para ellos, era algo totalmente anecdótico. En Lima los llevamos a varios sitios, obviamente a comer y corrieron en el sur con Jose, en Pacharacas y Señoritas.

Estuvieron muy felices en Perú, conocieron un montón y se fueron felices.

Es paja cuando conoces a alguien en su lugar y luego viene a tu lugar. Ya lo he dicho antes pero lo repito: una de las cosas que más me gusta de viajar es conocer gente y qué paja si puedes verlos de nuevo y qué mejor que en tu país.

Nos despedimos con la promesa de vernos otra vez, posiblemente en las montañas francesas, donde ellos van a pasar el invierno esquiando. ¿Será que iremos algún día? Yo digo que sí. Solo me queda empezar a planearlo.

Nos vemos el próximo jueves, chau!

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