PISÉ MI TABLA CON EL CARRO

Accidente de kook y la llevé a reparar donde B Shaper

La temporada pasada había ido a mi usual viaje al norte de fin de año, haciendo paradas para surfear desde Huanchaco hasta Máncora y un poco más allá (pueden encontrar los 4 capítulos en mi canal YouTube). Había ido con mi flaquita y la estábamos pasando chévere, corriendo nuevas olas y conociendo nuevos amigos, hasta que pasó el incidente del viaje.

Sucedió en mi tercer día en Lobitos, después de haber corrido olas simpáticas en La Punta, sin ningún percance como partida de tabla, que alguna vez me pasó buscando el deseado tubo norteño. Ya me iba para Máncora, pero el sol estaba fuertaso, así que como despedida fuimos por un chapuzón en Piscina. Me metí con la tabla y Emma me grabó un par de olitas enanas, pero bien formadas. Fue un placer, la magia del norte igual se vivía con esas condiciones y quizá por esa razón no me molesté mucho cuando al arrancar mi auto y retroceder, sentí que había pisado algo raro

– P… mi tabla – dije mirando hacia atrás y ver que me faltaba una de mis naves.
– La dejaste afuera.

Me asomé por la ventana y vi la llanta de mi auto encima de la punta de mi tabla, hundida un poco en la tierra de trocha. Felizmente me había detenido al instante de la pisada, así que avancé un poco y bajé seguro de que había partido la punta de la tabla, pero no fue así. Increíblemente no se había partido, pero le había hecho un tatuaje permanente de cocadas de llanta en esa parte.

¡Qué kook por mi mare! Quiñando mi tabla fuera del agua. En fin, hasta a Kelly Slater le ha pasado una metida de pata de esas, así que a reír nomás y seguir surfeando. Porque fue así, la tablita ni siquiera la tuve que parchar, continué usándola durante el viaje e incluso en Lima, con la pereza de tener que llevarla al taller para repararla. Pero ya tocaba, así que hablando con mi compadre Jiuliano Bonino, le dije que pasaría para dejársela y le haga su magia.

Llegué con unos amigos al taller de B Shaper Surfboards que queda en Lurín, a la altura de playa Arica, de camino al sur para una sesión de olas. Ahí estaba Jiuliano (el shaper) y Ale, quien es su novia y ve también la parte de reparaciones y pintado. Les conté lo que había pasado y me explicaron que la tabla aguantó por la forrada que tenía, un doble refuerzo que hacía la tabla más resistente, pero conservando la ligereza. También me explicaron como la parcharían, quedaría intacta y que si quería le podían poner un dibujo artístico.

Fue una buena oportunidad para grabar esa información que muchos no conocen para ponerla en uno de los capítulos de SUNA SURF, así que en una sacamos la cámara y registramos todo. Los resultados los pueden ver aquí, en este enlace del YouTube que la gentita de Surf Place nos está compartiendo. Espero que les guste y les sea de utilidad, y estén atentos a nuestras redes sociales porque se vienen novedades en estos días.