Un martes no como cualquiera en Pico Alto

Nota por Bruno Monteferri

Fue una crecida que llegó sin mucho hype. El foco ya había comenzado a virar hacia las nortes. Algunos ya habían cambiado el orden de sus favoritos en las cuentas de Surfline. Cabo Blanco y Pipeline habían destronado a Panic Point y Punta de Lobos.

Pero para quienes habíamos estado siguiendo la crecida los días previos, se veía el potencial. El atardecer del viernes 18 y el sábado 19 en la mañana, la Herra y Pico sacaron buenas olas. El mar ya había cambiado de temperatura y las condiciones ya eran primaverales. Si el fin de semana -con la principal marcando poco más de 2 m y la general de 3.0 a 4.5 – habían entrado sus bombitas, la del martes que venía con una general de 5.5 a 6.1 m y una principal de 2.7 m con 17 segundos y 205 de dirección de todas maneras iba a sacar algo especial. Pero nadie pensó que sería categoría ¨bíblico¨, el estandarte más alto en el ranking de ganancias marinas de mi querido Rafael Otero.

22 de noviembre

Había visionado de que no me toque a mi hacer carpool ese día pero el planeta no confabuló a mi favor. Mientras alistaba la lonchera y el carro para ir al cole a dejar a mi hija Flora, Lua y Sofi, las compañeritas del carpool y que me alegran los días de manera interdiaria, abrí el app de Mis Olas y la primera ola que vi de Pico se salió del encuadre, literalmente. Amarré la 10.2 y la 7.0 en el techo mientras la bandida de Flora, que ya había tomado desayuno, se comía el pancito que me había preparado para mí y me miraba con cara de travesura.

El chat del Big Wave Risk Assessment de Perú que reúne a varios de los clásicos asiduos a Pico se activó desde temprano. A las 6 am Pierito Saenz avisaba que la cosa estaba picante y ya buscaba comitiva para entrar. Día especial para Piero que regresaba al templo después de sufrir una lesión en el magnánimo Invitacional de Punta Lobos de este año, que lo tuvo fuera de olas de peso unos meses.

Después de dejar a las chiquis en el cole y escuchar el álbum de Barbie por 40 vez en estos últimos meses, pude ver de nuevo mi cel. Me metí al chat de BWRAG: ¨Acabo de ver la racha más grande del año, cerró la Isla con Kontiki¨ – escribió Plazita, confirmando que estaba sólido.

Rogelius Velasco aka Sopitas y uno de los chargers más fieles y dedicados al templo punta hermosino, respondió sin dudar al llamado de Pierito, apodado como el nuevo Momuma por heredar su tabla y siempre buscar las sólidas en cada sesión. Juntos entraron al agua desde temprano. Para los que se preguntaban, Piero dice que aun estando los dos solos en el line up, Roger le remaba el inside después de regresar de tirarse una bomba… jaja.

La firme es que me quedé unos 30 minutos cuadrado afuera del colegio sin saber a dónde ir. La Herra se veía épico y en las cámaras se veía el mar en Pico un poco movido. Hay días que amaneces decidido y conectado desde que te levantas. Esos días me suelo preparar algo contundente mientras veo las cámaras en mi casa, salgo antes de que empiece el tráfico en Huaylas y a la altura de Conchán ya empiezo a hacer mis respiraciones. Cada uno tiene su ritual para entrar a Pico. Ese día, saliendo de una semana de resfrío y poco surfing en todo el mes previo, no me sentía con el mindset para entrar a Pico grande, pero tenía hartas ganas de correr.

Sabía que necesitaba un empujón para ir a Pico, y bastaron un par de llamadas con Pallarón que se puso metafísico – ¨con todo capitán, que la Pachamama te cuida¨-, Renato Bedoya como siempre práctico -¨anda a verlo y si no está bueno regresas a La Herra¨, y un mensaje con solo dos emoticones y bien al estilo de mi pana de toda la vida Lechón Ortiz de Zevallos, para chapar Tomás Marsano, Panamericana y meterle quinta hasta llegar al estacionamiento de Pico Alto.

En el estacionamiento estaban Gusti, Alejo y Chalito. Terminé las últimas llamadas de chamba, pedí vacaciones por el día y dejé las tareas cotidianas atrás. El día había vuelto a comenzar. No tenía ni cera ni un buen chaleco, pero ahí mismo los muchachos me salvaron. Las cosas se comenzaban a alinear, y además tenía un Snicker para meterlo en el wetsuit y abrirlo en el line up cuando me diera hambre a un kilómetro de la costa. Los placeres de la vida que le llaman.

Bruno Monteferri, Gustavo Swayne, Alejo Loret de Mola, Jose Espejo

Gusti y Alejo entraron primero. Yo entré solo, ese momento es siempre clave para estirar, hacer tus respiraciones y tablas de CO2, enfocarte en lo que se viene, y entrar desde la primera remada en full conexión. Me crucé con Roger que salía con su clásica vibraza post Pico diciéndome que estaba bueno, pero con una corriente que te metía en una al inside, así que había que estar bien alerta con la posición. Para quienes recién están corriendo Pico, es clave además de mirar un rato desde afuera, preguntar a quienes ya hayan estado adentro: cada cuanto entran las series, cuántas olas entran por serie, cómo están los revolcones, etc.

Siempre es importante tener tu estrategia en Pico según como te sientas y cómo esté el mar. Si quieres una sesión más segura, siempre hay que estar bien ubicado, no tirarte la primera de la serie si sabes que vienen más de tres sólidas y no ser el más inside. Los días que te sientes con toda la viada, aprovecha porque en Pico tienes que ir contra tu instinto y conscientemente quedarte sin moverte o ir hacia el inside en lugar de abrirte cuando viene la momúmica, y afrontar con calma lo que pase si se te cierra o te cae en la cabeza. Lo más importante es que todos regresemos a nuestras familias después de la sesión, así que es clave escucharte. Yo ese día había decidido tener una sesión más controlada.

La condición se veía mejor mientras más me acercaba al point. Parecía San Gallán de 5 metros y la marea estaba reseca. Unas se tiraban tubo y por lo sur, tenían una pared de aquellas, con hasta tres secciones incluso las medianas. El sol se hizo presente al poco rato. El glass se mantuvo y las aves marinas, estaban en un festín. Estaba simplemente épico, cada persona que entraba no lo podía creer.

Lo que siguió ese día, ya lo vieron en las fotos, gracias a los fotógrafos que registraron la sesión. Lucho Romero desde tierra, Plazita con los videos que le permitió su cámara, el Sapo Favre con un ángulo inédito desde Kontiki, y Gino Bello y el capitán Juan Mauro Petiso, presentes desde el agua en el clásico botecito verde agua, registrando una sesión para los libros. Dicen que la salida desde San Bartolo fue más que peluda, y estar en el canal de Pico, un día con crecida sur que te jala para el inside es solo para los conocedores. Mis respetos para los dos y especiales para el capitán, increíble como la suben.

Miguel Tudela – Foto Gino Bello

Miguel Tudela – Foto Gino Bello

Todos se tiraron buenas olas, pero siempre hay olas que destacan. Miguelito, como siempre tirándose bombas en sitios más que críticos y corriendo Pico como si fuese Caballeros en esteroides. Chalito tuvo una sesión de una sola ola antes de que se le partiera la 10.2 prestada de Panchito, pero fue un bombón de aquellos. Me tocó ver esa ola y una sólida de Gusti desde el canal y no paré de gritar por lo buenos que fueron ambos rides. Gusti le metió un par de pisadas más que oportunas a la gun después de un bottom crítico para chapar velocidad, el espumón le cayó atrás y lo hizo avanzar 10 metros en una milésima de segundo, y así cruzar una sección que venía con dientes más afilados que cuchillo de cevichería.

Cristobal de Col- Foto Gino Bello

Fiol se tiró lo que vino en su dirección. Aun no se si lo más demencial fue un izquierdón que se tiró a último segundo y lo mandó a buscar erizos en las profundidades o verlo nadando en dirección a la zona de no-go en Pico, al mero triángulo de las bermudas, buscando su tabla porque se le había roto la base de la pita, meterle una amarrada y regresar. Locuras dignas de un verídico aquaman.

Mauricio Fiol- Foto Lucho Romero

Lucca Saldivar – Foto Gino Bello

Lucca Saldivar y Carlitos Zevallos también se vienen tirando buenas bombas en Pico y el martes no fue la excepción. Después de unas horas entró Cristo, que junto con Lucca y Gusti se fueron en las más grandes que vi. Y que decir de Luisfer, que estuvo vacilando en el tow in todo el día. Las fotos que les sacaron a él y su partner, deben ser de las mejores postales que he visto de Pico Alto en la vida. Como decía Cristobal, mejor cierre de esta temporada de sures, imposible.

Gustavo Swayne- Foto Gino Bello

Combustible para el fuego de la vida

La noche anterior al martes, vi el cuarto episodio de la serie 100 foot wave en HBO, dedicada a como Garret McNamara, su esposa y un selecto grupo de portugueses pusieron a Nazaré en el epicentro del mapa de olas gigantes en el mundo. La pregunta que rebotaba en ese episodio es ¿cuándo un surfista de ola grande deja de querer correr olas grandes? Con las evidentes diferencias entre la magnitud de Pico Alto y Nazaré, pero también consciente de la fuerza de Pico incluso en un día mediano, la pregunta me quedó dando botes, especialmente cuando manejas a Pico Alto después de dejar a tu hija en el kínder. De cuando en cuando, es normal que te hagas o te hagan la pregunta ¿qué te lleva a querer estar a un kilómetro de la costa, bajo tu propia voluntad a exponerte que te caigan series de más de 4 olas y de 5 metros en la cabeza? Estos días no pude dejar de pensar en una frase que me quedó grabada de Fernando Gonzales Daly.

Allá por el 2016 en el Pico Alto Invitacional Fernando que ese año cumplía 60 años se tiró una de las bombas del día, que fue luego elegida para el poster del siguiente campeonato. Mientras remaba de vuelta al point, con su lycra blanca y la tabla amarilla y roja, le preguntaron desde el bote. ¿Cuál es el secreto? Y Fernando, con una sonrisa que le cubría todo el rostro dijo sin titubear ¨tener ganas de vivir la vida¨.

Fernando Gonzáles Daly

No me cabe duda de que momentos como los vividos el martes cargan el tanque de ganas de vivir con combustible premium y sin plomo… no solo por como estuvo el mar, sino por la onda que se vivió adentro. Nada como compartir esos momentos en el templo con personas que le tienen el máximo respeto, y aquellas leyendas como Fernando, que con más de 60 siguen dando cátedra en el point, gracias… porque nos motivan a mantener la llama viva de la vida para seguir sus pasos.


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